Estamos en esa época en la que salir de casa parece un desafío: te congelas por la mañana, te asas al mediodía y al atardecer no sabes qué sentir.
¿La solución?
Vestir con estrategia para no cargar con abrigos innecesarios ni pasar frío antes de tiempo.
Seguro que más de una vez te has plantado frente al armario pensando: «No sé qué ponerme».
Es normal.
El clima cambia a lo largo del día y encontrar el equilibrio entre comodidad, estilo y funcionalidad puede parecer complicado.
Si eres de las que ya siente ganas de un cambio de armario y quiere empezar a integrar prendas más ligeras sin renunciar al confort, tranquila: vestir bien en entretiempo no es tan difícil.
Solo necesitas algunas prendas clave para hacer una transición suave de estación y algunos trucos que te harán la vida más fácil.
¿Lista para descubrirlos? ¡Vamos allá!
Vístete en capas ligeras (pero sin parecer una cebolla)
El truco está en sumar capas que puedas quitar a lo largo del día sin perder estilo.
👉 Camiseta + blazer ligero + pañuelo
👉 Blusa + chaleco + chaqueta de entretiempo
👉 Vestido + cardigan fino + mocasines
Así, puedes ajustar tu look según la temperatura sin complicarte.

Cambia el abrigo por una gabardina o blazer
Es momento de dejar atrás los abrigos pesados y apostar por prendas más ligeras, como blazers estructurados, gabardinas o chaquetas de punto.
La gabardina es un clásico atemporal que se adapta a cualquier estilo y ocasión. Su versatilidad la convierte en una prenda imprescindible en el entretiempo: aporta elegancia sin esfuerzo y combina con prácticamente todo lo que ya tienes en tu armario. ¡Un básico infalible!
Dale protagonismo a prendas sueltas y fluidas
Como faldas largas, vestidos fluidos, blusas…..
Es hora de decirle adiós a los pantalones gruesos y pesados para dar paso a tejidos más frescos y ligeros que permitan mayor comodidad y transpirabilidad.
Materiales como el lino, la viscosa y el algodón ligero se convierten en aliados perfectos para esta época del año, ya que mantienen la frescura sin renunciar al estilo.
Los vestidos y las faldas midi también juegan un papel clave en el entretiempo, ya que se adaptan fácilmente a las variaciones de temperatura a lo largo del día. Puedes combinarlos con blazers ligeros, chalecos o chaquetas de punto finas por la mañana y prescindir de ellos cuando suban las temperaturas. Además, son piezas versátiles que puedes llevar tanto con sandalias como con zapatillas o mocasines, dependiendo del look que quieras lograr.
Incorporar prendas fluidas no solo te ayudará a vestirte con facilidad, sino que también aportará un aire elegante y relajado a tu estilo sin renunciar a la comodidad.

Chalecos: la prenda estrella del entretiempo
Son ideales para añadir un toque de estilo sin el peso de una chaqueta. Puedes combinarlos con camisetas de manga larga por la mañana y solo con un top ligero cuando suba la temperatura.
Elige calzado versátil
Olvídate de las botas de invierno, pero tampoco es momento de sandalias. Opta por mocasines, bailarinas, zapatillas blancas o botines ligeros.
Medias: sí, pero mejor finas o transparentes
Si todavía no hace suficiente calor para ir con las piernas al aire, cambia las medias gruesas por unas más finas o en tonos naturales para hacer la transición más cómoda.
Empieza a integrar prendas de verano
Tus vestidos de invierno pueden seguir en juego si los combinas con blazers, cazadoras, cárdigans o botas más ligeras. También puedes empezar a usar prendas de manga corta y llevar un suéter fino por si refresca.
Apuesta por colores más claros y tejidos más frescos
El cambio de temporada es la oportunidad perfecta para dejar atrás los tonos oscuros y darle un aire más fresco y luminoso a tu estilo. Empieza a integrar colores más claros como beige, blanco, tonos pastel o neutros suaves, que aportan ligereza y frescura a tus looks.

No hagas un cambio de armario radical
No guardes toda la ropa de invierno de golpe. Haz una transición progresiva, dejando algunas prendas clave accesibles por si hay días fríos inesperados.
El entretiempo es una etapa de transición, y el clima puede ser impredecible, con mañanas frescas, tardes cálidas y noches en las que vuelve a refrescar.
En lugar de hacer un cambio drástico, mantén accesibles algunas prendas clave que te ayuden a adaptarte a estos cambios de temperatura. Un suéter ligero, una chaqueta de punto o una gabardina pueden ser aliados perfectos para esos días en los que el clima no termina de definirse.
También puedes aprovechar prendas de invierno en combinaciones más ligeras: por ejemplo, usa tu blazer favorito sobre una blusa de manga corta o lleva un vestido de verano con un cárdigan encima. De esta manera, no solo alargas el uso de tu ropa, sino que también creas looks versátiles sin necesidad de hacer un cambio de armario de golpe.

Menos complicaciones, más combinaciones simples
No hace falta reinventar el armario: blazers ligeros, pantalones fluidos, camisetas básicas y buenos zapatos son todo lo que necesitas para vestir con estilo y sin estrés en esta temporada de cambios.
Un blazer estructurado puede elevar cualquier conjunto sin que pases calor durante el día, mientras que los pantalones de telas livianas te aportan comodidad y movimiento. Las camisetas básicas funcionan como una apuesta segura, combinando tanto con prendas más formales como con opciones relajadas.
En cuanto al calzado, opta por opciones intermedias como mocasines, bailarinas o botines de media estación, que se adaptan a diferentes temperaturas y ocasiones.
Recuerda que el secreto está en construir un armario funcional con piezas que puedas superponer o adaptar según el clima. Con esta estrategia, te vestirás con estilo y sin estrés, incluso en los días más impredecibles del entretiempo.